La libertad en la escuela ¿problema o solución?

El último post que colgué hablaba de una educación anarquista, y seguro que muchos de vosotros os cuestionáis si es posible este tipo de educación en esta sociedad, pues bien aquí os dejo un texto sacado del libro ” Educar para Ser” de Rebeca Wild, en él aparecen las preguntas que muchos nos hemos hecho alguna vez e invita a reflexionar sobre la libertad en la educación.

 …Basta que oigamos la palabra “libertad” relacionada con “escuela” para que nuestra fantasía se vea asaltada por imágenes monstruosas: niños que a toque de campana abren bruscamente las puertas y chillando y empujando son un peligro para los pasillos y la escalera del edificio de la escuela. Niños que se golpean mutuamente las cabezas y responden con insolencia a los adultos, que rompen los cristales de las ventanas y destrozan los materiales que son propiedad de la escuela, que rayan libros, que arrancan las patas de las moscas, que no se cortan el pelo y que cuando andan arrastran los pies. …¿no se acostumbrarán los niños a hacer siempre aquello que más les guste y a evitar dificultades? ¿Cómo pueden llegar a conseguir una educación equilibrada? ¿Cómo podrán más tarde acostumbrarse a la disciplina que en nuestra sociedad es necesaria? ¿No sufrirán un choque cuando se hallen ante las exigencias de la vida que eliminan todas las ventajas de la educación activa? Una buena maestra de una escuela tradicional expresó su preocupación así: “Si en la clase no hay silencio, ¡es imposible repasar las tablas de multiplicar!”

 Ahora bien, nuestras convicciones están influidas por el modo de funcionar de nuestro cerebro. En su libro “EL proceso mental” Edward de Bono describe de una manera sorprendente lo condicionados que estamos por nuestro aparato pensante cuando analizamos una cosa y como este da prioridad a los contrarios extremos, para que, a través de este efecto de contraste, lleguemos más rápidamente a juicios. Según argumenta de Bono, este juicio rápido es muy ventajoso cuando está a l servicio de la autoconservación. Consideraciones parciales, matizaciones y precisiones son sacrificadas en favor de un inmediato juicio de “si” o “no”. Sin embargo para llegar a una comprensión más profunda, que se acerque más a la realidad de la vida, es necesario abandonar la postura autodefensiva, relajarse y darse tiempo para poder contemplar una cosa desde distintos ángulos, para poder “compenetrarse” con ella y pronunciar la palabra mágica “PO”…siguiendo su consejo, con esta palabra podemos iniciar un proceso que posibilita soluciones inesperadas y novedosas. Significa algo parecido a “Suelta, ábrete; la solución que necesitas es sorprendente y no vendrá por la dirección que has estado pensando hasta ahora”


 Si aplicamos este principio al problema de la libertad en la escuela, lo primero que salta a la vista es que no existe ningún motivo para pensar que solo existen dos caminos contrarios para abordar la pregunta de la disciplina. Hasta ahora, tal vez estábamos acostumbrados a pensar con los conceptos “autoritario” y “antiautoritario”. Autoridad significa que creemos en el orden en la escuela y utilizamos nuestra autoridad para crearlo. Que queremos ver resultados y suponemos que el adulto es el que mejor puede determinar qué, cómo y cuánto trabajo es necesario para conseguir estos resultados y, en caso extremo, presionar para que se apliquen estas determinaciones. El peso central de este argumento reside en las demandas que el entorno y la estructura social existente ejercen sobre el individuo y a las que este se ve obligado sin que se tomen en consideración sus realidades internas.


 Tendemos a preferir una educación antiautoritaria cuando la prepotencia de estas demandas exteriores nos preocupa y nosotros queremos conceder al individuo el mayor número posible de derechos, aun cuando el ejercicio de estos derechos originaría todo tipo de estrés en el entorno.

Consciente o inconscientemente, una disciplina funcional se aplica siempre, en todas las situaciones de la vida, si la vida natural no ha sido sacrificada a manos de una vida artificial. Con matices siempre cambiantes y otros ropajes ésta es también la disciplina de la escuela activa.

 …La actividad concreta de los niños con materiales concretos conlleva mucho movimiento. Repetidamente se produce la situación en que los niños cargados de objetos que transportan de un sitio a otro casi chocan. Aprenden a desviarse, con mayor o menor delicadeza, hacen notar al otro su torpeza y se disculpan.

 Siempre y en todas partes, niños y adultos se enfrentan a situaciones en las que tienen que decidir si su actividad puede mermar la libertad de otro o si ellos mismos sienten que otros los molesta. Aprenden a juzgar hasta donde pueden tolerar este tipo de molestias y dónde trazan las fronteras que indiquen al otro sus límites. Protegidos por este orden funcional, pero a la vez libres de seguir la actividad elegida por ellos mismos, los niños adquieren poco a poco una capacidad de concentración y una autodisciplina que sólo es comparable con la entrega, constancia y nivel de concentración propios de una persona creativa.

 …Según nuevos estudios del cerebro humano, que se pueden consultar en el libro de Taylor, la inteligencia humana se ve favorecida precisamente a través de esta actividad consistente en elegir estímulos acordes con el propio organismo. Con ello empezamos a dudar si verdaderamente merece la pena hacer el gran esfuerzo para que la clase se calle y, después de largos sermones y castigos, conseguir aquel maravilloso silencio en el que todos juntos aprenden las tablas de multiplicar… …En realidad ¿qué ideal es este que de una forma tan decisiva nos ha hecho creer que solo podemos considerar como aprendizaje aquello que sucede bajo la dirección de una autoridad, sigue un horario exacto, todo el mundo lo hace a la vez y a menudo comporta monótonas repeticiones del mismo tipo de ejercicios? ¿Se esfuerzan nuestras escuelas por aplicar métodos que de la forma más efectiva despiertan el auténtico interés de los niños y con ello todos sus talentos o más bien procuran para la mejor adaptación de los niños a la sociedad existente?…